La incursión de voces polifónicas que otorgan un lugar protagónico a los relatos personales a través de diversos recursos narrativos y estéticos, caracterizan a una generación de jóvenes documentalistas hijos(as) de desaparecidos(as) que buscan respuestas, increpan el pasado y están dispuestos a ser protagonistas conjugando lo público y lo privado como necesidad primaria para la elaboración del duelo y la significación del pasado. Entre la creación documental realizada por esta generación, el trabajo elaborado por mujeres como Natalia Bruchstein (Encontrando a Víctor 2004) y María Inés Roqué (Papá Iván 2000), exploran la experiencia de pérdida con una mirada subjetiva donde el relato autobiográfico femenino permite reflexionar sobre el pasado histórico a partir del ámbito privado, conformando una polifonía que desestructura los relatos tradicionales sobre los desaparecidos.